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Soccer Field

Bayer Múnich desnudó una vez más el juego intrascendente del Barcelona



Lo de anoche en el Camp Nou fue penoso. Una vez más el tiqui-taca estéril del Barcelona demostró que la posesión del balón es un espejismo que no hace sino dejar a los aficionados con aún más sed. Los dirigidos por Xavi entraron a la cancha con la eliminación ya a cuestas, dada la victoria conocida del Inter de Milán 4 – 0 ante el modesto Viktoria Plzeň de la República Checa.


De hecho, Xavi reunió a sus jugadores en el Camp Nou y vieron todos juntos el duelo que significaría su eliminación. Esa decisión solo podía ser acertada si se daban dos realidades: que el Viktoria lograra la hazaña frente el Inter y que Xavi plateara el partido con hambre de triunfo. Más que dos realidades, se trataba de dos milagros. Y para que se den los milagros primero hay que creer…


Desde los primeros minutos los dirigidos por Nagelsman dejaron en claro a qué venían a Barcelona. Sadio Mane en un contraataque se mandó un carrerón desde media cancha imposible para Hector Bellerin que falló en velocidad y músculo. El senegalés se libró del defensa y en diagonal picó el balón por encima de Ter Stegen. 1-0 apenas a los diez minutos.


La jugada del minuto 30 ilustra la noche y campaña de este Barcelona en la Champions. Barcelona intentó una carga con 7 jugadores en campo contrario, dejando a los tres defensas Alonso, Balde y Koundé casi en la línea del mediocampo para contener a Mane y a Moting. El centrocampista Musiala recuperó la pelota para Bayern y dejó en el camino a un Alonso que inútilmente se había lanzado al quite. Con un defensor menos, Musiala paso el balón a Gnabry que se unió a Moting y Mane en un tridente vertiginoso. Esta jugada dejó a Bayern en superioridad de 3-2 contra Balde y Kounde que trataban de volver, pero no pudieron ante un excelente pase con espacio de Gnabry a Moting. El camerunés batió sin problemas a Ter Stegen con un tiro raso por entre las piernas del portero. Dos a cero para el Bayern Múnich.


El VAR se encargó de dilucidar un supuesto penal ajustadísimo de Matthijs de Ligt contra Robert Lewandowski en el minuto 43. Luego de una rápida revisión, el juez inglés Anthony Taylor determinó que el defensa holandés llegó al balón antes de Lewandowski: penal anulado y pifias para el árbitro desde las graderías. Barcelona se fue a los vestidores con un amarguísimo sabor de boca, perdiendo por dos goles y con un penal anulado.


En el minuto 55 Gnabry recibe un excelente pase largo de Kimmich, baja y controla de derecha, se quita a Balde y con efecto endemoniado de zurda coloca el balón junto al segundo palo de Ter Stegen. En uno de esos cobros que deja a los aficionados rascándose la cabeza, el juez Taylor determinó que Gnabry se encontraba en posición de adelanto al recibir el balón de Kimmich. La imagen gráfica del VAR nos dejó a todos con más dudas que certezas.


Los minutos pasaban y el panorama se veía muy cuesta arriba para los locales. Barcelona no sólo perdía por dos goles, sino que además no generaba futbol ofensivo: no lograba entrar al área del Bayern y ni siquiera tenía un solo tiro a puerta. El técnico local por fin se decidió a ajustar sus piezas al minuto 58 y mandó a Ferrán Torres por Sergio Busquets, poniendo así a un hombre más en ataque. A un perdido Pedri lo reemplazó Rafinha. A los poco minutos entrarían Eric García y Ansu Fati, por Koundé y Dembelé, respectivamente. Recién en el minuto 67 Barcelona logró hilvanar una jugada en el área rival. Ansu Fati logró penetrar el área alemana, sacarse en velocidad a dos defensas y apenas disparar a dos metros del primer palo del portero Ulreich.


Los cambios dieron muy pocos resultados, y Bayern continuaba muy seguro al frente del partido e inclusive con llegadas de peligro a través de Gnabry y Mane. De hecho, esta última jugada resultó en un tiro de esquina servido por Kimmich, largo para Gnabry, que de volea y medio mordido dejó solo a Pavard que batió a Ter Stegen el 93’.


La cara de Xavi y de los cules lo decía todo luego del 0-3 y los poco segundos que quedaban del encuentro. En resumen, Barcelona tuvo 9 intentos al arco del Bayern, pero ninguno de ellos dio con la portería. Ulreich fue un mero espectador, lo que contrasta enormemente con el 58% de posesión del Barcelona. A comienzos de la temporada los locales se reforzaron con figuras rutilantes, como Lewandowski, Raphinha y Koundé, y aun así deberán conformarse con jugar en la Europa League por segundo año consecutivo.

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